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El petróleo se agota y Málaga no tiene carril bicicleta
Me baje de la bici.Me bajé de cualquier vehículo de dos ruedas tuviera o no tuviera motor. Me bajé asustada, por miedo.Más de un cuarto de siglo después, he prohibido el uso de la bicicleta a mis hijos. Los quiero enteros y vivos. El miedo me ha hecho cauta por supervivencia y superado, me he convertido en una INTOLERANTE A LA ESTUPIDEZ Y A LA AVARICIA.
La noticia es que los políticos organizan fiesta (el 8º día de la bicicleta en Málaga). Promueven este DESPLAZAMIENTO SOSTENIBLE. ¡Malditos! ¿Quién se lo cree? Yo no. Me sé los modos: proclamo un día, me hago la foto, prometo oro y después me lo quedo o lo uso en proyectos especulativos: dinerito rápido. Consta como que estaban por la tarea, esconden las cuentas y alá, ¡qué magnifica gestión! No, no me lo creo.
POÉTICA PANFLETARIAIDEA INGENUA E IMPOSIBLE (es por si de ésta, viene otra mejor): Desde las ilustres instituciones que representan a Arquitectos, Aparejadores, Constructores, tenderos de bienes urbanísticos, Notarios y Banqueros (incluyo a los directivos bancarios, que también sacaban un sueldo extra por cúmulo de comisiones al colocar los créditos), CONSIGAN FONDOS y repongan el daño causado a esta ciudad. Empiecen con un gesto que la mejore. Asuman el pago del montante económico para la construcción de un carril bicicleta por toda la ciudad. El petróleo se agota, hay que ahorrar y debemos diseñar una manera de desplazarnos con antelación suficiente, más rápida que a pie, que podamos acarrear a bebés y a personas mayores pedaleando... ¿O quizás sea eso? ¿Sea que el petróleo se agota y sobran las carreteras? ¿No habrán razonado así, no? Porque sí existirán vehículos que usen energías alternativas ¿o lo dudan? ¡Hay muchos prototipos inventados ya!
A Málaga no saben leerla.
Se la ahoga.
Castigada tras muros está del mar.
Se la empacha.
Atiborrado de cemento está el litoral.
Se duele.
Los chiquillos no tienen dónde jugar.
Envejece.
Los abuelos carecen de sombra donde posar.
A mi Málaga la están devorando.
¡Ni espacio para sus jazmines hallarás!
Aromas pasados.
Leo a mi Málaga. Catártica escribo:
Málaga es mar, playa, aromas, paseos, juegos al aire libre, jardines, chiringuitos.
Málaga es cielo, aire, colores, alegría.
Es creatividad silenciosa en el trabajo insistente del que sueña.
Es creatividad en lúdico colectivo que organiza regalando.
Es hábitat permanente que mejora el ánimo, la salud.
Es ropa ligera, desnudez, rincones fresquitos donde amar.
Es mercado, es lonja, es huerto, es secano, es gastronomía.
Es vino, pan y dulces,
pescadito y mucho garbanzo,
tomate, aceite, hierbabuena y ajo.
Es charlita, antes en silla de enea.
Es música en la calle.
Es arte interactivo marginado por efímero,
¡Pobre! Carece de taller-museo.
Es inventar en el diálogo
y no apostar por los medios.
Es una dispersa sorprendente que te descubre su belleza a cachitos.
Es dadora de bienvenidas,
sonriente ante foráneos que ni se despiden.
Es un "si todo es pasajero,
¿para qué mantenerlo?".
Era barrio. Es calle. Es vivir en la noche.
Es, sin clamores, Arte, Cultura e Historia,
la Ciencia de un confiado pueblo.
Es, sin victimismo, cuna del amiguismo,
de un "hoy porque soy quien mando,
hago y deshago y a nadie escucho".
Málaga es pasto del alacrán.
Silvia Lázaro Díaz, poesía y narrativa panfletaria. Escrita en directo -directísimo-. Deben robarla. ¡Que se reparta, por si sirve de algo!